LA SINFONIA DE LA COMUNICACIÓN Y EL MEDIADOR

By CentroBlog, , ,

Elisa Santiago Blázquez

Mediadora

¿Creéis que es posible no comunicarnos? – Pues si alguna vez lo pretendéis, os “comunico” que es una tarea imposible. Aún con nuestro silencio, estamos comunicando. Y lo más curioso es, que cada persona que te observe, estará sacando una conclusión distinta de ese intento tuyo de no comunicarte.

Es evidente que la comunicación es la base de las relaciones humanas. Nos comunicamos tanto a nivel verbal como no verbal.

Es imposible no comunicar. Incluso, sin hablar en absoluto, a nivel no verbal estamos comunicando. De hecho, el componente no verbal es más del 65% de nuestra comunicación. En esa lectura de la comunicación no verbal, juega un papel muy importante nuestras percepciones, así como la lectura que cada uno hace de esa comunicación no verbal que todos emitimos en general, y más especialmente aquella que generamos a nivel inconsciente, y que escapa a nuestro control.

Es fascinante como, un simple giro de mirada, un movimiento de ceja, una presión en los labios, una tensión de mandíbula, un enrojecimiento de ojos, o de mejillas, y tantos y tantos gestos que nuestro cuerpo emite a nivel inconsciente, y que son casi imposibles de controlar, pueden estar emitiendo tanta información. Y lo más curioso es cuando las personas pretendemos transmitir un mensaje en un sentido, mientras nuestro cuerpo está emitiendo otro bien distinto. En ese momento, como receptores del mensaje, tendremos que estar muy atentos a lo que nos dice nuestra intuición, toda vez que es más fiable el mensaje que estamos recibiendo a nivel no verbal e inconsciente, aunque realmente no sepamos en qué se basa exactamente esa percepción o información que sentimos estar percibiendo, ni sepamos ponerle nombre, si no somos expertos, que lo que estamos escuchando a nivel verbal de esa misma persona. 

En la Mediación, por tanto, es labor de los Mediadores, y hablaré en primera persona, el tomar consciencia, con mayúsculas, de la comunicación que se genera entre las personas que acuden a mediación y que tenemos ante nosotros, mediante la observación y la escucha atenta de aquello que está aconteciendo , en todos sus matices, y, como si de un director de orquesta se tratase, ir orquestando, con nuestra propia comunicación, las preguntas, miradas, giros corporales, respiración, entonación y volumen de la voz, coloración de la piel, tensión muscular etc, hasta crear una sinfonía perfecta de entendimiento , empatía y comprensión, pese a que algún trombón o tambor, suene de vez en cuando a destiempo, en la certeza de que la melodía que surja, perfecta o no, será fruto de la generosidad de las partes de haber dado el paso de querer avanzar con acordes que no chirríen en exceso.